martes, 15 de enero de 2008

¡La Amistad!

Hacer un amigo es una gracia,tener un amigo es un don,
conservar un amigo es una virtud,
ser tu amigo es un honor.

El sabio no dice lo que sabe, y el necio no sabe lo que dice.
Es mejor ser odiado por lo que eres,
que ser amado por lo que no eres.

El secreto de la felicidad, no está en hacer siempre lo que se quiere,
sino, en querer siempre lo que se hace.


Jesús nos llama al Trato de amistad. Ese encuentro con quien sabemos nos ama despierta nuestra capacidad de amar. Por la relación con Él nos vamos descubriendo y nos descubrimos en Él. La persona creyente encuentra en la Amistad con Jesús una fuente de relación por la que su ser espiritual se plenifica, se perfecciona. El Encuentro con el Amigo transforma.

Encontrarnos con Jesús, tratar con él como amigos, es comunicarle y compartirle nuestros pensamientos, nuestras necesidades y nuestro deseo de hacer su voluntad. La oración es conversar con él de todo: de lo humano y de lo divino. Qué bien nos encontramos en compañía de las personas que queremos y con las que tenemos confianza.

Nos sentimos con mucha necesidad de compartir, de decir lo que nos pasa por dentro. Y qué bien nos sentimos cuando somos escuchados, comprendidos. Algo se nos enciende por dentro y hasta nos sentimos con muchas ganas de ser mejores, de hacer grandes y buenas cosas por los demás. ¿Qué nos pasará cuando este encuentro sea con el Amigo, entre los amigos? el mejor de todos, el que nos ama más que nadie y que nos está esperando siempre porque nos conoce y sabe que lo necesitamos.
Disponte a no perderte este encuentro con Jesús, proponte tratar con él como un Amigo, conversa con Jesús cada día, con el trato frecuente, se puede conocer cada día más al Amigo.
La Amistad se vive desde este encuentro que se realiza en el amor, por el amor y con el amor. Sólo desde esta experiencia podremos "recomendar" a Jesús a los demás, como el único y verdadero Amigo que nunca falla.
C.B.S

Amigo: Creo en ti. Creo en tu sonrisa, ventana abierta de tu ser. Creo en tu palabra, expresión de lo que quieres y esperas. Creo en tu mano, siempre extendida para dar o recibir. Creo en tu abrazo, acogida sincera de corazón. Creo en tu mirada, espejo de tu honestidad. Creo en ti, amigo, creo simplemente en ti.



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