martes, 22 de enero de 2008

¿Será necesario ser Leal en estos tiempos?

Hacer aquello con lo que uno se ha comprometido aun sea entre circunstancias cambiantes es...

La Lealtad es el valor sin el cual, nos quedamos solos y que debemos vivir nosotros antes que nadie.
La lealtad es una virtud que desarrolla nuestra conciencia. Ella nos conduce profundamente hacia una situación, a través de ésta, y hacia la salida del otro lado, emergiendo como una persona más evolucionada.
La lealtad es un corresponder, una obligación que se tiene con los demás. Es un compromiso a defender lo que creemos y en quien creemos. La lealtad es un valor, pues quien es traidor se queda solo. Cuando somos leales, logramos llevar la amistad y cualquier otra relación a su etapa más profunda. Todos podemos tener un amigo superficial, trabajar o participar en una comunidad en un lugar solo por que nos gusta. Sin embargo la lealtad implica un compromiso que va más hondo: es el estar con una persona en las buenas y en las malas, es el trabajar no solo porque nos gusta, sino porque tenemos un compromiso que
cumplir de corazón en donde trabajamos, con los miembros de mi comunidad o grupo de amigos, solo por el bien que es dictado por mi conciencia.
La lealtad es una llave que nos permite tener auténtico éxito cuando nos relacionamos. La lealtad es un valor que no es fácil de encontrar. Es, por supuesto, más común aquella persona que al saber que puede obtener algo de nosotros se nos acerque y cuando dejamos de serle útil nos abandona sin más. Es frecuente saber que alguien frecuenta un grupo contrario porque le da más beneficios. Y lo que acaba ocurriendo es que nadie confía en ese tipo de personas.
La lealtad es esencial en la relación humana. Los conocidos se hacen amigos a través de la lealtad mutua. La lealtad es algo esencial en la amistad que se ha desarrollado en el compromiso de corazones entre dos personas. En una relación de corazón a corazón la lealtad desarrolla la confianza mutua.
Es nuestro deber el ser leal a aquellos que están con nosotros: Dios, la familia, el o los amigos.
La lealtad es amor bondadoso en acción. La lealtad, es no ser egoista y solo pensar en la necesidad o el bien personal, sino, tambien en el bienestar del otro.
Es potenciar y cuidar nuestras actitudes y pensamito, es desarrolla nuestra alma en conciencia, transformándonos en la creación más hermosa de Dios, solo posible en el ser humano.
Como vez, la lealtad se relaciona estrechamente con otras virtudes como la amistad, el respeto, la responsabilidad y la honestidad entre otras.

Puedes ver como actitudes desleales, corrompen la humanidad:
- Las críticas que se hacen de las personas, haciendo hincapié en sus defectos, lo limitado de sus cualidades o lo mal que hacen su trabajo.
- Divulgar las confidencias que se nos han hecho.
- Quejarnos del modo de ser de alguien y no ayudarlo para que se supere.
- Dejar una amistad por razones injustificadas y de poca trascendencia.
- El poco esfuerzo que se pone en el trabajo comenzado o que falta por terminar.
- El no valorar la ayuda, el esfuerzo, la compañía y los consejos dados por quienes nos aprecian.

No basta contradecir las actitudes desleales para ser leal, es necesario detenernos a considerar algunos puntos:

- En toda relación se adquiere un deber respecto a las personas. Como la confianza y el respeto que debe de haber con cada una de ellas.
- Se deben buscar y conocer las virtudes permanentes de las personas para cualquier situación, no solo en la conveniencia.
- La lealtad no es una consecuencia de un sentimiento afectivo, es el resultado del discernimiento para elegir lo que es correcto.
- Si se coloca como valor fundamental el alcance de objetivos, se pierde el sentido de cooperación y de integración. La persona que participa en una actividad sólo por el éxito que se tiene, fácilmente se decepciona, ya que cuando vengan derrotas no se estará preparado.
- Lo importante es vivir las virtudes por lo que representan, no por las personas que en algún momento dictan una norma.
Con todo lo anterior ve que aún sin darnos cuenta, las relaciones que hemos sabido mantener se deben en gran medida a la vivencia del valor de la lealtad.

“Ya nada se, solo reconozco mi honestidad”
Una preocupación inunda mi mente y un dolor ensombrece mi alma. Seres sin escrúpulos de conciencia, que pretenden imponer su voluntad por encima de todo, lograr unos fines por demás inconfesables, sin reparar en la honestidad de los medios. Ninguno cuenta con el libre albedrío de la persona que pretenden doblegar.
Insultos, amenazas, calumnias..., son sus armas. Armas que poco dicen a favor de quien las utiliza. Alianzas pactadas en la sombra, porque no se atreven a obrar a la luz del día. Aprovechar debilidades ajenas para lograr sus objetivos. Jugar descaradamente con lealtades. Y, en medio de todo este asunto, está en juego mi sentido de la amistad y la fidelidad. Tengo la conciencia muy tranquila. Las ideas muy claras. Sé perfectamente lo que tengo que hacer: caso omiso a quienes no merecen el apelativo de personas. Hoy solo se, que tengo a mi favor mi propio discernimiento y mi voluntad de acción.
No me importa recibir una serie de golpes, por muy traicioneros que sean, si con ello un amigo se ve libre.Por mantener una amistad, por evitar un daño a un amigo, me enfrento a quien sea. Tengo principios que son honestos, porque la bajeza de algunos no me da miedo, porque no abandono a los míos cuando las cosas se ponen feas... porque, en definitiva, soy leal.
C.B.S

1 comentario:

Unknown dijo...

Acabo de leer algunos de tus pensamientos... comparto tu concepto de amistad y lealtad... creo que en más de alguna ocasión lo hemos conversado... es bonito conocer a gente que tenga una visión objetiva de la amistad y todo lo ella conlleva.
Solo me queda felicitarte por escribir tan bonito.
Cuidate.
Bárbara