lunes, 24 de marzo de 2008

“La alegría de la vida”

La alegría verdadera brota de un manantial inagotable de nuestro interior. Es relativamente fácil apreciar si una persona es alegre o no. La forma en que vive las situaciones fáciles y difíciles, como ilumina la vida, como ve sus cualidades, y las de los demás, como sabe reaccionar ante las circunstancias. Desde luego una persona alegre no es resentida, envidiosa, opacada. Es muy diferente una persona divertida, de una persona alegre, la diferencia está en la interioridad, en la profundidad, en la serenidad, en la ternura, en la comprensión, en su sentido de la vida. La persona divertida quiere que si ella está contenta todos lo estén y si está triste exige comprensión. La causa está en la exigencia para con los demás, como si los demás tuvieran que darnos lo que nosotros mismos no tenemos.
La alegría implica simpatía, sencillez, dulzura. La alegría se contagia, estimula, abre horizontes, comunica una visión fecunda. La persona alegre lo es tanto si gana como si pierde.
La alegría implica energía, fuerza, surge del interior. No es una persona alegre, la que está contenta solo cuando las cosas le van bien. La alegría está muy relacionada con la actitud que tenemos para decidir como afrontamos las cosas que nos rodean y las situaciones dificiles. La persona alegre vive de su fuerza interior, que está en relación íntima con su fe y su esperanza.

Su fe y esperanza son más firmes que las cosas que las situaciones problemáticas. La alegría es una consecuencia de cómo vivimos y todo esto no se sostiene sin un sentido de la vida, porque en cada momento nuestra vida es la respuesta a lo que se nos presenta, a las personas, a lo que puede ser una dificultad. Y todo esto depende de nuestro paradigma de la vida. Una casa no se construye sobre arena, necesita unos fundamentos sólidos, pues lo mismo nos sucede a nosotros. La alegría profunda es consecuencia del amor, del sentirse amado y del amar. Y esto es lo más grande que podemos vivir y sentir. Hemos visto cambiar a personas por la entrega a una vocación, a un amor, porque el verdadero amor saca lo mejor de uno mismo. Por eso el egoísta, el resentido, el envidioso, el que no da sentido a su vida, es un amargado.

No se tiene alegría por tener dominio y poder externo, hacer viajes, tener cosas, comprarse todo o a todos. Pero desde luego produce satisfacción, contento un trabajo bien hecho, proporcionar a otros bienestar, hacer bien a alguien, dar confianza, sacrificar cosas a favor de los demás. Toda persona es capaz de irradiar alegría desde su interior manifestándola exteriormente con una simple sonrisa, un simple saludo, con una actitud serena, cordial. Es importante que la persona tenga siempre un motivo para apreciar y valorar lo de su alrededor.

Y sólo es posible la alegría profunda por la fe y la esperanza en Jesucristo Resucitado. Porque solo Él da sentido a nuestra vida y a nuestra muerte con todo lo que conllevan. Somos cristianos en la medida en que nos encontramos con Jesús resucitado. Y entonces estaremos alegres porque descubrimos las razones y el sentido de nuestra vida. Necesitamos sentir un encuentro personal vivo, de ojos abiertos y corazón palpitante con Cristo resucitado. Esta es la verdadera relación de unos con otros y la verdadera liberación.Es vital que sintamos el convencimiento, la exigencia de anunciar en primera persona: Cristo ha resucitado y para mí la vida es Cristo. ¿Por qué buscamos entre lo que no merece la pena, lo que no sirve, lo que es muerte, aburrimiento, falsedad, evasión, por qué buscamos, en medio de todo eso, la Vida, la Felicidad, la Alegría? Cristo es el Señor de la Historia, del mundo y de nuestra historia personal, familiar, social. La Resurrección de Jesús es el triunfo de la humanidad, porque la humanidad está unida a Dios para siempre y glorificada para siempre en la persona del Hijo de Dios. C.B.S

1 comentario:

Juaka dijo...

Hola Claudito,
Teacher!!
te debia un comentario...
1ro, Muchas Gracias por el comentario que dejaste en mi blog, de verdad me emocionaste mucho,no estoy acostumbrada a que me digan esas cosas. Y más me gusta si proviene de ti. A quien quiero mucho...
Me encanta lo que escribes, ya se extrañaba que no escribieras.
Las vueltas de la vida...quien iba a pensar que compartiriamos tanto, y más aún, Ahora me apareces hasta en la sopa...mi maestro, aunque no me hagas clases, estoy muy feliz de que estés ahi, ayudando a niñas que de verdad lo necesitan mucho. Sólo hay que darles un empujoncito.
Creo que tú eres una de esas personas que son "alegres", que irradian luz, luz de Cristo... que con solo verlos reflejan paz interior.
Gracias por TODO, por preocuparte por mi hermanita, por mi y por toda las personas, a pesar de que no todos lo valoren... por darme responsabilidades, demostrandome que confias en mi... personas como tú hay poquitas, admiro mucho tu forma de ser, esa templanza, esa paz, esa alegria, esa capacidad de entender, de comprender, de perdonar, de amar...

tengo mucho que aprender de ti, y espero seguir compartiendo contigo, esta persona tan maravillosa.

Nos vemos ya que no podemos hablar por MSN (¿por qué será?)...ÁNIMO y fuerza!!!

TE QUIERO MUCHO
Juakito!