lunes, 24 de marzo de 2008

¿Y ahora qué?

He conmemorado una vez más la Resurrección del Señor.
¿Y ahora qué?
Amanezco con esta inquietud que deseo compartir con todos quienes quieran hacerla suya. Una vez más me he sumergido en la Semana Santa, meditando y tratando de entender y comprender la Pasión y Muerte de Jesús por amor. Pero descubro, que aunque los seres humanos clamamos y proclamamos el amor, todavía no hemos descubierto el verdadero amor.
Ese amor de que nos habla Juan El Evangelista y el mismo que nos mostró Jesús en cada una de sus palabras y actitudes, pero también en cada uno de sus actos.
Me llama la atención el deseo de muchos de llegar cuanto antes a la Resurrección, el deseo de pasar la página de la meditación, de la Pasión y Muerte y solamente quedarse en el gozo de saber que Jesús Resucitó.
Pero si Jesús resucitó fue porque murió y murió porque antes fue maltratado, herido, lastimado, vejado… Si murió fue por la incomprensión, el desamor, el temor, y el rechazo de su propio pueblo que no entendió su mensaje, su Buena Noticia.

Creo que cuando sólo celebramos o hacemos mas énfasis en la resurrección de Jesús, sin profundizar en su Pasión y Muerte, sólo estamos evadiendo nuestra propia pasión y la invitación a nuestra propia muerte o conversión, a la muerte o conversión de todo aquello que nos corrompe como el: egoísmo, la soberbia, la mentiras, la irresponsabilidad, los miedos, la incomprensión, etc. Males que encontramos en nosotros mismos y en toda la humanidad, los cuales ataron, azotaron, coronaron de espinas y crucificaron a Jesús.
Sólo podremos compartir, conmemorar y celebrar la resurrección de Jesús, solo cuando pasando por muestra pasión asumamos en conciencia muestra propia muerte o conversión, la cual nos acercará a nuestra resurrección.

Señor, que en esta Pascua de Resurrección pueda encontrar el verdadero sentido de tu existencia en medio de nosotros, que tu perdón y misericordia no se quede en celebración de un día o de 50 días, sino que la descubramos a cada instante, a cada paso, y que tampoco se quede allí en descubrir lo que tu hiciste por mi, sino que me lleve, a perdonar más, a amar más, que me mueva a ser misericordiosa con los demás, especialmente con quienes mas han sido heridos, como lo hiciste Tu. C.B.S

1 comentario:

A n d r e a dijo...

Bastante tienes de razón Claudio Becerra... Leí tus dos articulos más actuales y además lo que escribiste acerca del perdón. Veo que muchos no lo entienden, solo viven en su orgullo y se amargan, en vez de disfrutar lo bueno que tienen ahora. Es cosa de ver caras, cierto? De ver como los demás hacen maldad hacia los demás. Ya ha estas alturas solo me queda "la pena" por esa gente, que no sabe disfrutar ni siquiera de alegría de Jesús Resucitado. Y menos pensar en su propia pasión, sino solo en amargar al resto, pero bueno, que se le va a hacer... es lo que hay no más! Dios nos dará tiempo, para comprender esto...

Nos estamos viendo, Cuidate mucho!